La mayoría de la gente conoce el impacto negativo de la falta de sueño sobre la salud. Pero dormir demasiado también puede tener consecuencias tan negativas como dormir poco. Los adultos de entre 26 y 64 años necesitan dormir entre 7 y 9 horas diarias. Y cualquier desviación es perjudicial para el organismo.
1. Aumentamos de peso
Los científicos han descubierto que las personas que duermen menos de 5 horas al día engordan mucho más rápido y son más propensas a la obesidad. Lo mismo puede decirse de las personas que duermen más de 9 horas. Los participantes en el experimento que dormían entre 7 y 8 horas conseguían mantenerse en buena forma más fácilmente. Así que si no tienes el horario adecuado, ni las dietas ni el deporte pueden ayudarte.
2. Aparecen ojeras
Todo el mundo sabe que la falta de sueño puede provocar ojeras y bolsas bajo los ojos. Pero si duermes demasiado (por ejemplo, más de 9 o 10 horas al día), el efecto será similar. Cuando no se duerme bien, la piel se vuelve pálida y los vasos sanguíneos, más visibles, por lo que aparecerán bolsas bajo los ojos.
3. Aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares
Los científicos no han podido encontrar una explicación de por qué dormir demasiado está relacionado con las enfermedades cardiovasculares. Pero los estudios demuestran que si un hombre o una mujer duermen entre 9 y 11 horas, tienen más probabilidades de padecer una cardiopatía arteriosclerótica. Las personas que duermen de 7 a 8 horas diarias están más seguras.
4. Resulta difícil concentrarse
Es bien sabido que la falta de sueño dificulta nuestra capacidad de pensar. Resulta que dormir demasiado también es malo para tomar decisiones rápidas y hacer frente a los problemas. Además, empeora nuestra memoria.
Los científicos han llegado a la conclusión de que, para preservar tus capacidades cognitivas, necesitas dormir entre 7 y 8 horas al día.
5. La piel se vuelve seca y arrugada
Los estudios también demuestran que nuestro horario de sueño también afecta a nuestra piel. Cuando no dormimos lo suficiente, el cuerpo no recibe suficiente hidratación, por lo que la piel tiene un aspecto seco y apagado. Pero lo mismo ocurre cuando dormimos demasiado.
El caso es que, cuando pasamos más de 8 horas en la cama, nuestro cuerpo no tiene tiempo suficiente para restablecer el equilibrio de agua. Por eso nos salen arrugas prematuras y tenemos la piel flácida.
6. Podemos ponernos enfermos con más frecuencia
Dormir demasiado puede tener un efecto negativo sobre el sistema inmunitario. Además, dormir demasiado provoca un aumento de la inflamación del organismo.
Los científicos lo descubrieron midiendo los niveles de citoquinas en sangre. Si las cifras son demasiado altas, significa que el cuerpo está reaccionando a una infección. Descubrieron que las mujeres que duermen demasiado tienen unos niveles de citoquinas un 44 % más altos de lo normal.
7. Nos aparece acné
La privación crónica de sueño puede causar acné. En este estado, aumentan los niveles de cortisol, la hormona del estrés. En respuesta, las glándulas sebáceas empiezan a trabajar más intensamente, provocando la obstrucción de los poros y la aparición de acné.
8. Somos más proclives a la depresión
Dormir demasiado puede provocar depresión. El insomnio suele ir ligado a la depresión, pero, según los estudios, alrededor del 15 % de las personas que sufren depresión afirman dormir más de 9 horas al día. Un horario así empeoraba su estado.
9. Tenemos dolores de cabeza
Cuando dormimos demasiado, los niveles de serotonina se ven afectados, lo que provoca dolores de cabeza. Las personas que tienen un buen horario de sueño, pero duermen hasta tarde el fin de semana o en vacaciones suelen quejarse de tener dolores de cabeza al despertarse.
Además, dormir demasiado puede causar o empeorar el dolor de espalda. Los médicos recomiendan ser más activo si se tiene dolor de espalda y no pasar demasiado tiempo en la cama.
10. Nos volvemos más impulsivos
Científicos de la Universidad de Clemson descubrieron una conexión entre el sueño y el autocontrol. Las personas que no dormían lo suficiente actuaban de forma más impulsiva y no podían resistir las tentaciones. Cometían más errores y a menudo se arrepentían de algunas de sus acciones y decisiones.